10 razones por las que contratar un wedding planner

Bodas en la playa

Cuando comencé como asistente de bodas, allá por el 2015, el papel del wedding planner ya no era una labor tan desconocida. Pero es hoy, en el 2021, cuando aún queda mucho camino por recorrer y muchas personas a las que «educar» para que nuestra profesión se valore y se respete.

A veces, consulto foros de bodas para saber la opinión de las novias que se van a casar sobre la contratación o no de un wedding planner, y me da mucha pena leer algunos comentarios.

Por ello, creo que es nuestra obligación insistir con contenido como este que llegue al máximo número de parejas posibles y, poco a poco, vayan quedando claros cuáles son los beneficios de contratar a un wedding planner y qué es exactamente lo que hacemos.

Esto último es urgente, ya que, muchos de los comentarios hacen referencia a lo costoso que es nuestro servicio cuando eso mismo lo pueden hacer ellas. Queda claro que las novias no saben en qué les podemos ayudar, y aquí estamos todos, escribiendo posts como este para educarles y conseguir, así, que cada vez sean más las parejas que disfrutan al 100% de su día sin estrés ni preocupaciones.

Bodas en la playa

Fotografía: Carmen Kahlo

 

Razones para contratar un wedding planner hay muchas, tantas como contratiempos puedan surgir ese día, pero me quedaría con las que tienen más peso y son comunes en todas las bodas.

 

1. Falta de tiempo. Si eres de esas novias que su trabajo ocupa gran parte del día y los ratos libres los quiere dedicar a estar con su pareja, la familia, los amigos o con una misma, debes saber que la organización de tu boda te va a robar unas 300 horas al año. Lo ideal es que, para no saturarte y que vivas este proceso con ilusión y motivación, delegues las tareas más tediosas en alguien experto y tú solo tengas que poner tu esencia en cada detalle, en cada decisión. Tu boda hablará de vosotros porque la última palabra es solo vuestra, pero contará con una planificación y coordinación perfectas gracias al trabajo de un profesional.

2. Falta de conocimiento sobre la profesionalidad de los proveedores. Por desgracia, existen algunas empresas que no dan el servicio que deben y por el cual se les paga. Los que trabajamos en este sector nos conocemos y tenemos una cartera de proveedores en los que confiamos plenamente. Si no conocemos un proveedor concreto, solo necesitamos levantar el teléfono, llamar a los compis de la zona y pedir referencias sobre esa empresa. Así, nos aseguramos de que el servicio al cliente es exquisito y que no ponen trabas a la hora de trabajar con otros compañeros.

3. Contactar con muchos profesionales sin saber si encajan con el presupuesto o estilo. A la ardua tarea de buscar proveedores para vuestra boda, se suma el contactar con muchos que no encajan con el estilo o no entran dentro del presupuesto. Esto es algo que nosotros, los wedding planners, nos ahorramos porque vamos flechados a los proveedores perfectos para vosotros y para vuestra boda, lo que disminuye el tiempo invertido en esta tarea, el cual podemos dedicar a otros detalles más divertidos 😉

Fotografía: Juan Luis Morilla

 

4. No saber si os están vendiendo cosas que no necesitáis o por las que no deberíais pagar. A veces, me ha pasado que algún proveedor ha querido incluir un elemento o servicio en el presupuesto de los novios cuando, realmente, era algo que no les correspondía pagar a ellos. Si no sabes esto, puedes acabar pagando más de lo necesario. Nosotros plantamos cara y, al igual que siempre apoyamos a nuestros compañeros de sector, también sacamos las uñas por nuestras parejas cuando vemos alguna injusticia.

5. Llamadas, correos y presupuestos. Después de elegir los proveedores con los que queremos contactar, hay que enviar correos, hacer llamadas y recibir muchos presupuestos. Una vez más, necesitamos tiempo y mucha organización. De este caos nos encargamos nosotros, de tal forma que toda la información os llega ordenada y muy completa. Así, solo os tenéis que centrar en leer todo bien y tomar la decisión que os haga más felices.

6. Cláusulas del contrato. Es muy importante que entre clientes y proveedores haya un contrato que refleje los servicios que se van a ofrecer, así como los precios, condiciones, fechas y demás datos. Si no te dedicas al sector bodas y nunca has organizado una, es fácil pasar por alto muchos detalles. Con el tiempo y la experiencia sabes qué cosas hay que dejar muy atadas para no que no haya malentendidos ni situaciones incómodas en un futuro. Esto es una garantía más de tranquilidad.

Fotografía: Natalia Campillo

 

7. Detalles que pueden mejorar o estropear tu gran día. Colocar a los novios frente al sol en la ceremonia molentándoles durante ese momento tan especial, no tener plan B o C…¡o D!, no dejar una toma de corriente libre para el Fotomatón…son detalles en los que una pareja quizás no piense a la hora de organizar su boda y luego tienen que lamentar las consecuencias. Un wedding planner está al loro de todas estas cosas, evitando que se conviertan en imprevistos desagradables. Nos adelantamos a los acontecimientos 😉

8. Timing de la boda. Los horarios son súper importantes y hay que tener en cuenta muchos detalles como la luz, el tráfico, el clima, el tiempo de ejecución de los diferentes proveedores, los autobuses, las distancias, etc. Si el timing no está bien diseñado y coordinado con el resto de profesionales, podemos encontrarnos con algunos problemas que retrasen toda la boda y la conviertan en un evento aburrido o caótico.

9. Tranquilidad los días previos a la boda. Esa semana los novios deberán estar centrados en recoger traje, vestido, complementos, alianzas, papelería, decoración, regalos para los invitados. Si en toda esta locura, los proveedores no paran de llamar para consultar dudas, comentar problemas de última hora, preguntar sobre los horarios para coordinarse con un profesional u otro, el nivel de estrés que se genera en los novios puede ser muy alto y, sí o sí, afectará a la experiencia que tengan de los días previos a su boda, que deberían estar cargados de nervios en el estómago, ilusión y mucha felicidad.

Fotografía: Vanesa Díaz

10. Disfrutar del día B. Ese día hay que estar para uno mismo y los invitados. Desde primera hora pueden surgir contratiempos y el wedding planner estará de filtro para todas estas situaciones. Si no cuentas con alguien que coordine tu boda, deberás estar pendiente de si el catering está montando a su hora, si la florista ha llegado para dejar la ceremonia a punto, si el dj y el grupo se han colocado en el sitio correcto, si han hecho la prueba de sonido para no molestar luego a los invitados con ruidos desagradables, si el bus no se ha dejado a nadie en tierra, si va en hora, si el fotógrafo va a llegar a tiempo para las fotos mientras se preparan los novios, etc. Para todos los que organizamos bodas, este es, sin duda, el servicio más importante. Si nos preguntáis qué deberíais contratar si no podéis escogerlo todo, la coordinación no puede faltar jamás.

 

Espero que este post te haya ayudado a decidirte en caso de que te estés planteando contratar un wedding planner para tu boda. Te diré que será la mejor inversión que harás.

Y si eres de las que cree que el trabajo de un wedding planner lo puedes hacer tú misma, tu madre o tus amigas, déjame decirte que no te hagas ni les hagas eso a tus más allegados. Si todo va sobre ruedas, perfecto, pero si surge el más mínimo imprevisto (que así suele ser), os vais a cargar de problemas y preocupaciones sin necesidad. Te mereces disfrutar de todo el proceso y de ese día al 100%, porque pasa volando.

Tú céntrate en grabar a fuego en tu recuerdo cada momento que vivas y deja que sea yo la que sortee los obstáculos y todas las pruebas que el universo quiera mandarnos, que él y yo ya nos vamos entendiendo 😉

Fotografía: Carmen Kahlo

 

Para lo que necesites, aquí me tienes. Y no te cortes en pedirme una reunión de asesoramiento gratuito donde podrás resolver todas esas dudas que te tienen bloqueada y no te dejan avanzar en la organización de tu boda.

Enjoy, please 😉

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